ALBERTO DI
NARDO
para Nuevo Ciclo de Boedo
TEATRO - HISTORIA DE AMOR (ÚLTIMOS
CAPÍTULOS)
DE Jean-Luc Lagarce
Dirección Marcelo Velázquez
ELKafka Espacio Teatral Lambaré 866
ALMAGRO
La obra del
dramaturgo francés Jean –Luc
Lagarce, muy representada en Europa y no muy habitual en la cartelera
porteña (Justo el fin del mundo, Las
reglas de la urbanidad en la sociedad moderna, Estaba yo en casa y esperaba que
lloviera, Nosotros los héroes) es original y muy interesante en los
contenidos y en las formas.
En Historia de amor, dos hombres y una
mujer tratan de contar ó escribir la historia de amor que vivieron los tres
juntos. Es el intento y la imposibilidad de reconstrucción de la
historia.
Los actores
analizan lo que dicen, tienen varias opciones para cada palabra, todas válidas.
La obra da la apariencia de construirse en el mismo momento de la
representación.
A cada
palabra se la rodea de duda, como si se le aplicara una lupa, se busca la
ubicación, que puede variar según quién lo dice y su lugar en el relato. El
autor presenta a través de los personajes la escritura y la
reescritura.
Marcelo
Velázquez logra una puesta ágil y
ajustada, recordemos que además de dedicarse a la dirección tiene una equilibrada carrera también como
actor y docente, estudió con Alejandra Boero, Alberto Ure, Vivi Tellas, Mónica
Cabrera, Augusto Fernández, Ricardo
Bartís, se perfeccionó en puesta en escena con Rubén Szuchmacher y es docente en
el Teatro La Muda y en el Departamento de Artes
Dramáticas del I.U.N.A.
Una clave puede
ser las líneas escritas por el
autor y citadas en el programa de mano:-“Y sin embargo el relato me pareció más exacto, más
exacto que lo que había sido la realidad que habíamos
vivido”.
Es constante
la relación de tensiones entre los personajes, los muy buenos actores: Mercedes Fraile, Daniel Goglino, Marcelo
Bucossi, están muy cómodos en sus criaturas y en el juego propuesto, tienen
la experiencia (actoral y de vida) justa para “creerles” todo lo que dicen. Hay
un sutil uso del humor mientras el texto se corporiza y respira con muy buena
salud en el espacio escénico.
Mención
aparte para la lograda escenografía y los objetos: un proyector de diapositivas
(que abre las posibilidades dramáticas utilizando un lenguaje multimedia),
grabadores a cinta, máquina de escribir que hacen reconocible un ámbito, hoy ya
bastante vetusto, donde transcurrió la vida de esos
seres.
Es una
propuesta que “entra” más por el intelecto que por la
emoción.
Intentar
reconstruir una historia, de eso se trata ésta muy buena experiencia teatral
para todos: los actores, el director y sobre todo para los
espectadores.
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