martes, 1 de enero de 2013

alberto Di Nardo para Nuevo Ciclo Boedo

ALBERTO DI NARDO   
para  Nuevo Ciclo de Boedo

TEATRO   -   HISTORIA DE AMOR (ÚLTIMOS CAPÍTULOS)

DE Jean-Luc Lagarce   Dirección Marcelo Velázquez

ELKafka  Espacio Teatral    Lambaré 866    ALMAGRO

La obra del dramaturgo francés Jean –Luc Lagarce, muy representada en Europa y no muy habitual en la cartelera porteña (Justo el fin del mundo, Las reglas de la urbanidad en la sociedad moderna, Estaba yo en casa y esperaba que lloviera, Nosotros los héroes) es original y muy interesante en los contenidos y en las formas.

En Historia de amor, dos hombres y una mujer tratan de contar ó escribir la historia de amor que vivieron los tres juntos. Es el intento y la imposibilidad de reconstrucción de la historia.
Los actores analizan lo que dicen, tienen varias opciones para cada palabra, todas válidas. La obra da la apariencia de construirse en el mismo momento de la representación.

A cada palabra se la rodea de duda, como si se le aplicara una lupa, se busca la ubicación, que puede variar según quién lo dice y su lugar en el relato. El autor presenta a través de los personajes la escritura y la reescritura.

Marcelo Velázquez  logra una puesta ágil y ajustada, recordemos que además de dedicarse a la dirección tiene  una equilibrada carrera también como actor y docente, estudió con Alejandra Boero, Alberto Ure, Vivi Tellas, Mónica Cabrera, Augusto Fernández,  Ricardo Bartís, se perfeccionó en puesta en escena con Rubén Szuchmacher y es docente en el Teatro La Muda y en el Departamento de Artes Dramáticas del I.U.N.A.
Una clave puede ser  las líneas escritas por el autor y citadas en el programa de mano:-“Y sin embargo el relato me pareció más exacto, más exacto que lo que había sido la realidad que habíamos vivido”.
Es constante la relación de tensiones entre los personajes, los muy buenos actores: Mercedes Fraile, Daniel Goglino, Marcelo Bucossi, están muy cómodos en sus criaturas y en el juego propuesto, tienen la experiencia (actoral y de vida) justa para “creerles” todo lo que dicen. Hay un sutil uso del humor mientras el texto se corporiza y respira con muy buena salud en el espacio escénico.
Mención aparte para la lograda escenografía y los objetos: un proyector de diapositivas (que abre las posibilidades dramáticas utilizando un lenguaje multimedia), grabadores a cinta, máquina de escribir que hacen reconocible un ámbito, hoy ya bastante vetusto, donde transcurrió la vida de esos seres.
Es una propuesta que “entra” más por el intelecto que por la emoción.
Intentar reconstruir una historia, de eso se trata ésta muy buena experiencia teatral para todos: los actores, el director y sobre todo para los espectadores.

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